domingo, 14 de noviembre de 2010

LA ENTREVISTA: GENERALIDADES

Autor Sonia Cesio

Para iniciar este texto, convocaré a la expresión de S. Freud, en “La iniciación del tratamiento” quien toma como metáfora el juego de ajedrez, y nos dice: “ quien pretende aprender… el noble juego del ajedrez, pronto advertirá que solo las aperturas y los finales convierten una expresión sistemática y exhaustiva, en tanto que rehusa la infinita variedad de movidas que siguen a las de apertura”.
Cuando llega al consultorio la persona que nos solicitó este encuentro, nos
conviene diferenciar entrevista respecto de pedido de consulta, ya que ésta implica la solicitud de asistencia, de trabajo conjunto.
Consulta no es sinónimo de entrevista, ya que es una pregunta, un pedido, y en todo caso, la verbalización de un deseo que luego se verificará su concreción.
Entrevista proviene de entrever, que significa ver algo poco claro aún. Otra acepción es: conjeturar algo, sospecharlo, adivinarlo.
Es una conversación que se sostiene con un propósito definido y no por mera satisfacción de conversar; es un espacio donde se genera un proceso de interacción en el que se implican al menos dos sujetos humanos.
Su etimología viene de ‘inter’: entre y ‘visto(a)’, que a su vez se deriva de‘vis(i)tum’ y que tiene conexión tanto con las acciones de ver, como con las de visitar; se puede decir que entrevistar es un «ver entre dos» o un «visitar para interaccionar».
Siempre tiene un objetivo: obtener información de una persona con un fin determinado. Generalmente se suele seguir una pauta que gira en torno a temas establecidos que son relevantes para los objetivos planteados.
El éxito de la entrevista depende en buena medida de la habilidad del entrevistador. Conviene tener en cuenta que no sólo hay que centrarse en los objetivos: también hay que incluir las emociones, opiniones, deseos, etc. que la persona trae consigo al encuentro con el profesional. La conjetura mencionada antes, ese ‘ver confuso’ se aclarará en el acto presencial, en ese encuentro con el otro.
Implica la obtención de los datos necesarios, tanto de la situación presente como de la historia de individuo, de su conflicto actual y las posibilidades de acceder a un proceso psicoterapéutico.
En la entrevista, quien consulta hablará de aquello que considera como causante de su sufrimiento y de las limitaciones de su vida: el objetivo es explorar esa subjetividad dañada y abrir un proceso tendiente a reformular la historia de vida personal y dar inicio a un espacio vincular que se desarrollará entre ambos (psicoterapeuta y paciente) a partir del despliegue de sentimientos inconcientes, en el marco de trabajo establecido.
La escucha del analista le posibilitará descubrir otros elementos que también provocan dolores psíquicos; aquellos que son desconocidos por el paciente y están relacionados directamente con las fantasías inconscientes.
Recordemos que los elementos generadores de angustia son aquellos modelos repetitivos que no se desea (inconcientemente) cambiar y que a veces, es difícil que aparezcan la primera vez.
De todos modos, se trata de un encuentro excepcional, ya que proporciona al analista el relato manifiesto y lo que pertenece al discurso latente: pero de esto también tendrá noticias a lo largo del proceso analítico.
Descubrirá significados diversos en las palabras según su entonación y contexto y observará la aparición de lenguaje no verbal.
Tendrá un conocimiento general sobre la vida, las vicisitudes de la misma, las conductas, los vínculos; si hubo tratamientos anteriores y como transcurrieron; si tiene ‘insight’ o sea, si puede ‘escuchar’ y pensar con el terapeuta; si habla para ser escuchado; cómo se ubica ante sus conflictos; si tiene posibilidad de fantasear o despliega un lenguaje concreto.
Son inferencias que nos darán a entender el tipo de transferencia, la fluidez o rigidez de la relacion terapéutica, entre otras cosas.
Desde el lugar de quien consulta, se despliegan aspiraciones, fantasias, ansiedades que se hallan previamente al encuentro. Esos sentimientos pueden ser conocidos por el sujeto, entonces decimos “es conciente de”. Este aspecto es que le permite solicitar la hora, pagar lo honorarios, exponer su discurso, solicitar ayuda.
El aspecto generador de problemas ocurre cuando la persona esta ‘atravesada’ por otras sensaciones negativas pero “no es conciente” de ellas. Nos referimos a los aspectos latentes (separados de la conciencia) y se evidencian a traves de conductas y lenguaje no verbal, de expresiones emocionales.
En el transcurso de la vida, las personas tenemos diversos tipos de entrevistas: con el médico; con el maestro o profesor de los hijos; con el representante de un futuro trabajo; con el abogado, con una eventual nueva pareja, con el psicólogo, etc.
Cada encuentro despierta ansiedades diferentes, algunas fácilmente registrables y otras no. Estos fenómenos conllevan una gran intensidad afectiva, están asociados a una falla significativa y se acompañan por la búsqueda de reparación.
Por ej: cuando uno va al médico lo que falta es salud entonces, quien consulta tiene miedo y angustia; con el maestro o profesor de los hijos hay un problema que nos involucra como responsables (involucra responsabildad, y/o culpa); con el representante de un futuro trabajo (ése al que aspiramos) queda expuesta la autoestima y ese desafío narcicista respecto al logro del mismo; con una eventual nueva pareja (si no tenemos) se despliega un aspiración vital, muy compleja que nos involucra con el presente y con el futuro, despertando intensa inquietud (y envuentualmente rechazo, si las experiencias previas fueron frustrantes), entre muchas otros ejemplos.
Del discurso verificaremos cuales elementos nos resuenan como ‘dato’ y la importancia del/los mismos.
Lo que consideramos ‘dato’ se sostiene en la formación teórica y en el análisis personal del analista.

Respecto de la alternancia de contenidos, latente y el manifiesto el futuro paciente desplegará la información conciente, conocida. Abarca lo que dice, lo que se refiere al problema y al tipo de ayuda que busca.
El psicólogo evalúará los rasgos señalados mas arriba, y establecerá algunas indicaciones, el encuadre; planteará los honorarios, la forma de pago, etc.
Respecto de los contenidos latentes, en muchos casos, aparecen sentimientos contradictorios: deseos del cambio que significará en su vida disponerse a respensar sus circunstancias; junto con el miedo y la adhesión al/los conflictos, ya que los mismos estan enraizados en la subjetividad y en cierto funcionamiento narcicista (no se puede imaginar un estado mejor).
En el discurso hay que prestar atención a: cómo dice, que repite , que contradicciones; si hay material poco claro; si hay las racionalizaciones (u otra defensas) etc, que abrirán una brecha para entender los significados ocultos.
Es fundamental el posicionamiento profesional adecuado al caso, que posibilitará la distancia necesaria para desplegar el proceso terapéutico.
Desde el primer momento, se despliegarán transferencias, en el sentido de traslado, de trasponer afectos (inconcientes).
Recordemos que hay amplios despliegues transferenciales, que van desde la serie cariñosa hasta la serie hostil. Indefectiblemente, se reeditarán impulsos y fantasías que expresarán la modalida relacional especifica de cada persona. Dicho fenómeno indica un comienzo de análisis, solo que no es interpretable esa transferencia hasta que se instale la relación terapéutica.
La transferencia que será objeto de análisis, implicará la producción del sujeto de análisis en el analista. La repercusión de lo transferido mediante otro proceso inconsciente: la contratransferencia, que es una especie de transferencia- repuesta a la del paciente, será procesada por el terapeuta, quien buscará el ‘timing’ (momento indicado) para transformar esos sentimientos transferidos en palabras portadoras de nuevos significados.

Volviendo a la entrevista inicial, hay elementos no verbales que tienen el valor de ‘detalles finos’ otorgados por diversos elementos (de naturaleza inconciente):
1)-El clima de la entrevista
El fenómeno emocional que se da en el/los primeros encuentros es un anticipo de la modalidad relacional del paciente y aparece sin palabras.
Tiene un componente de naturaleza pulsional: se impone, nos penetra y nos envuelve. Poder entender el clima, y asi modificarlo, lleva al analista/entrevistador a pensar en lo que está ocurriendo, a ponerse afuera de esa relación para acceder a la comprensión de ella.
Para la resolución del clima (cuando es un obstáculo) tendrá importancia la experiencia profesional previa, el análisis personal, la formación teórica.
Ese despliegue de contenidos inconcientes, está destinado a obstaculizar el trabajo profesional (como manifestación inconciente) y es un efecto contradictorio respecto del deseo de asistencia de quien consulta.
La intensidad del clima nos dice de una resistencia a la posibilidad de análisis (probablemente una situación de adhesión al conflicto, tenaz, de dificil resolución). La misma la detectaremos en nuestra contratransferencia y puede hacernos sentir: impotencia, molestar, agrado, enojo, desinterés, etc.
2)- La zona de encuentro es de utilidad para entender aquello que no se comunica verbalmente, en la serie de: afinidad o aversión y harán emerger sentimientos contratransferencial de deseo de ayudar/entender a quien consulta u otros diversos.
Hay personas que despiertan un tipo de transferencia cariñosa, con más facilidad que otras y esto también es válido para el analista. Janine Puget nos dice:"son personas transferenciables o sea que tienen la capacidad por su modalidad, o por una amplitud de criterio, o por su característica real, de posibilitar la transferencia que otros no posibilitan". Los sentimientos contratransferenciales son de gran valor como herramienta, ya que posibilita al profesional intervenir adecuadamente, cuando se lo puede devolver al paciente en forma de interpretación y como dijimos, en el momento justo.
Describimos algunos fenómenos emocionales, para eventualmente, tomarlos como ‘dato’ a tener en cuenta en la primer entrevista:
1-Cuando el profesional empieza a pensar en el paciente con cierto apasionamiento, tomando partido por él/ella; o piensa qué le diría a la otra parte, etc; y su asociación libre queda interferida;
2- cuando aparecen sensaciones (enojo, pena, otros) con mucha intensidad. Se corre el riesgo de ‘sentir con’, en vez de ‘analizar con’. Es util poder pensar acerca de ello;
3_cuando quien consulta está relatando el episodio de carácter penoso, y el analista no puede concentrarse en el relato, por ej se encuentran pensando en otra cosa. Jerarquizar ese sentimiento le dará la posibilidad de preguntarse si existe algo desfigurado en el discurso; algo que va ‘mas alla’ de lo que dice;
4- Si el relato es denso/opaco. La opacidad discursiva produce dificultad en la concentración para seguir el hilo de lo ocurrido, despierta algo similar al aburrimiento o sueño. Este fenómeno lo podemos enlazar con elementos resistenciales, correspondientes a cierta patologia (narcicista) y puede ser del orden la resistencia a la vincularidad (con el analista);.
5- sentir miedo vs entusiasmo; enojo vs agrado (sentimientos duales opuestos), más sensación de incredulidad ( que el paciente es simpático, agradable, víctima de los otros, etc) y se repite en los distintos encuentros. Pueden ser señales de la conducta perversa;
6- Cuando aparece una sensación de intensa perplejidad (esta dificultada la comprensión) confusión, angustia excesiva; dificultad para trabajar adecuadamente. Cuando se repite en varios encuentros, es posible hallarse ante una problemática psicótica. Conviene asegurarse del diagnóstico en ese caso.
Si queres leer el texto completo, con bibliografia incluída, lo encontras en.
http://www.enigmapsi.com/entrevista.html

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