miércoles, 16 de marzo de 2011

Pareja y vínculo: el zócalo inconciente que une (o des-une)

La relación de pareja (1) “delimita un espacio mental y vincular compartido, cuyo encuadre está asegurado por acuerdos inconcientes. Estos lo regulan y de dan sentido”
Esos acuerdos inconcientes hacen a su identidad, y forman un ‘zócalo inconciente’.
Se denomina “zócalo inconsciente de la pareja” a esa estructura profunda y subyacente a todas las modalidades de interacción, que son los observables.
Según los autores, la estabilidad del vinculo “pone en juego funcionamientos mentales primitivos relacionados con el mundo objetal…la diferencia de sexos remite a la nunca acabada elaboracion de la incompletud…y de lo diferente…” Las parejas oscilan entre dos polaridades simultáneas y sucesivas: ser iguales o semejantes.
Este modelo relacional está sostenido por acuerdos y pactos inconscientes: es el que provee un código de sentidos implícitos; es el que establece el conjunto de leyes que regulará lo permitido y lo prohibido para esas dos personas, que se diferencia de los códigos individuales. Desde este nuevo código específico, cada pareja organiza sus entendimientos según los cuales selecciona una determinada modalidad de relación. El zócalo contiene representaciones objetales y con ellas arma una trama fantasmática (tambien llamada interfantasmatización).


Los acuerdos inconcientes llevan hacia el tipo de objeto elegido (o a elegir). Ese objeto naturalmente, no es azaroso. Se relaciona directamente con las inscripciones de “vinculos y relaciones con objetos parentales y luego con objetos extraparentales significativos…”
Las parejas describen interacciones que los autores llaman encubridoras porque son concientes, y dan cuenta de modelos ‘contingentes’. Siempre remiten a “una estructura inconciente que determina la forma de ser de la pareja”.
Es esperable que esa estructura inicial, basada en ciertos códigos, proponga cambios a lo largo de la vida. Entonces, el conflicto se produce cuando “la necesidad de mantener el zócalo inmovilizado es mayor a la de resolver las nuevas experiencias de la pareja”
Este zócalo se relaciona con el Objeto único: es el objeto amoroso primitivo, que brinda seguridad y estabilidad. La función de este objeto es esencial: “provee la acción especifica, discrimina mundo interno y mundo externo, yo – noyo, da indices de la realidad externa”


El zócalo desarrollado a partir de ese objeto único, es un organizador de la relación en “sus distintas modalidades de intercambio: sexual, económica y comunicacional”
Contiene también deseos infantiles insatisfechos, a problemática de la diferencia de los sexos; incluye también identificaciones históricas edípicas y representaciones socioculturales inherentes a las normas que dan pertenencia social.
Forma así una estructura relacional estable, aunque no inmutable, y es un organizador de la relación en sus distintas modalidades de intercambio (sexual, económica y comunicacional).
En la pareja, el otro relacional (secundario) puede confundirse con el modelo primitivo.
Vale recordar que las representaciones inconcientes no son tramitadas por las palabras pensadas, habladas. A ese costo, “se instalará el otro…pudiendo provocar en el yo los sentimientos correspondientes a una intrusión…”
El objeto amoroso no derivado del objeto único, se elije para establecer con él “una relación de reciprocidad y simetría” y se configura un contexto compartido.
Se incluye la temporalidad, la anticipacion del futuro y asi se entreteje el proyecto vital, con las reformulaciones basadas en las experiencias vividas, y en interacción con el principio de realidad.
La separación del objeto único “da lugar al advenimiento de las representaciones de un objeto diferente…es el anticipo del reconocimiento de la diferencia de los sexos, que inaugura al zócalo inconciente” luego de atravesar las visicitudes del complejo de edipo.


Los autores tomaron este término homologándolo al concepto arquitectónico de zócalo, es decir, entendiendo por él una base profunda sobre la cual se apoyan los elementos sostenidos por ella.
A diferencia de otros conceptos provenientes del psicoanálisis individual la noción de Zócalo Inconsciente, pertenece al campo vincular, por definición.
En su origen, tal como fue definido, los componentes contenidos en dicha estructura podrían enunciarse en tres órdenes:
1º) Una representación narcisista, subyacente a toda relación de pareja, el Objeto Único, vínculo con un otro estable dotado de un carácter de necesariedad y exclusividad, a quien nadie podría reemplazar.
2º) Van a formar parte del zócalo inconsciente las identificaciones aportadas por las historias edípicas y preedípicas según los modelos de organización familiar propia de cada uno de los sujetos del vínculo. La organización familiar es la que ofrece modelos de constitución de la pareja en su doble condición de pareja sexuada con exclusión del hijo, y pareja de padres en la que el acento recae en la relación con el hijo.
Como secuencia devendrán las elecciones de cómo ser, a quién tener, y como quién hacer. También integrarán el zócalo las representaciones sociales inconscientes, dadoras de pertenencia al conjunto. Estos tres órdenes de representaciones integrarán una nueva representación que las contiene, la del Objeto Pareja, que a su vez cada uno de los miembros aportará al encuentro, dando lugar a través de los acuerdos y pactos que establezcan, a una nueva construcción compartida: el Objeto Pareja compartido. Las relaciones familiares surgen de yoes y vínculos, diferentes entre sí, pero ligados en el conjunto del parentesco.


En esta conceptualización se jerarquiza la denominación “estructura familiar inconsciente” que contiene la matriz simbólica que da significado a las relaciones familiares. Dicho significado abarca “en un conjunto articulado, tanto de los vínculos de la estructura, como de como el de los lugares, y cada uno de los cuales tiene denominaciones especificas. En ella, cada sujeto es a su vez significado y nombrado. Dicha estructura tiene sus propias formaciones, producciones significantes a manera de transacciones frente a los requerimientos de cada yo y de la realidad” (2)
Como consecuencia, se despliegan una serie de vínculos que ligan una serie de lugares ocupados por lo general por un yo, el que le tiene que hacer lugar al otro (yo).
Falta agregar las representaciones inconscientes del macrocontexto social, poniendo en primer plano, antes que a las identificaciones, a los conceptos de pertenencia, atribución y transmisión.


Volviendo al zócalo inconsciente, recordemos que forma parte del contrato narcisista que se celebra entre los componentes (narcisistas) del conjunto.
La noción de pacto denegativo (3) amplía la conceptualización ya que describe lo
imposible del vínculo, se torna condición de posibilidad del entramado inconsciente del zócalo (negatividad radical), haciendo posible tramitar, en la positividad, lo faltante y lo fallido, lo nunca sido en los intercambios imaginarios de la pareja (negatividad relativa). También integrarán el pacto denegativo, como negatividad de obligación, las renuncias pulsionales que habrá de hacer cada uno y el bagaje individual de contenidos traumáticos que forma parte de la historia transgeneracional que cada uno porta (los conflictos por la que es atravesada la pareja).


Estos contenidos que habitan a los sujetos, al mismo tiempo que deben quedar excluidos de la circulación consciente para posibilitar el vínculo, son los que, a su vez, entran en juego en el momento de la elección de pareja, al modo del "encuentro genealógico" y subtienden los lazos libidinales y narcisistas, fundando así el zócalo y sellando el "pacto de alianza ".
La pareja acordará el dejar afuera estos contenidos (en el plano neurótico),que se corresponderá con un acuerdo inconsciente que integrará, a su vez, el zócalo inconsciente.
En caso que se produzca una rigidez de la estructura, los pactos se profundizan y sus efectos podrán hacerse presentes como síntomas, psicosomatosis, accidentes o acting out, que aportarán un sufrimiento cotidiano en la vida de la pareja.
La noción de estructura se refiere a una estructura estable pero no es inmutable, lo que permite pensar en una estructura abierta.


La potencialidad vincular antes atribuida a la fuerza determinante del zócalo, deja paso a los fenómenos nuevos que impactan sobre los acuerdos y pactos inconscientes del mismo, haciendo relevante la capacidad de determinación de la historia misma del vínculo y atribuyendo a las historias infantiles de cada uno, cristalizadas en el zócalo, un valor condicionante, y determinante.
Se plantea entonces, el margen acerca del carácter determinado que su constitución plantea; qué lugar habrá para incluir el azar; cuánto de lo nuevo/novedoso (4) podrá inscribirse en ese entramado preexistente; qué lugar habrá en él para el acontecimiento. Cada estructura fijará los límites de reorganización posible de los componentes de la misma, y planteará a la necesidad de movimiento para hacer lugar a ello, generando cambios en lo ya existente, de lo cual se infiere que ciertas negatividades podrían llegar a hacer un corrimiento en el sentido de positivizarse, dando lugar a una reorganización de la estructura.
Según sea el posicionamiento que el analista tome frente a estas cuestiones, en función del valor que le otorgue a lo nuevo o a la repetición, será también el corolario clínico que devendrá, marcado por su lugar de transferencia, dandole cabida a desarrollos que conciben un psiquismo abierto al devenir histórico y al acontecimiento.

*Compiladora Lic Sonia Cesio cesio.sonia@gmail.com

Bibliografia:

(1) “Psicoanálisis de la pareja matrimonial” – Berenstein I; Puget J - 1988 - Ed Paidos

(2) “Psicoanalizar una familia” - Berenstein I – 1990 - Ed Paidos

(3) “Introducción a la lectura de Rene Käes” – Publicación de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo - 1991 -

(4) "Transferencia: hecho nuevo y/o repetición, producción vincular y/o individual" – Berenstein I - Presentado en ApdeBa - 1999 -

(5) “Teoría de la configuraciones vinculares” – “Concepto de vínculo” – Cesio, Sonia – Publicados en: http://www.enigmapsi.com.ar/mateorico.html

1 comentario:

  1. Este articulo trata sobre las cuestiones mas primarias, intimas (inconcientes) por las cuales se elige como pareja a una persona y no a otra; en todas las circuntancias, aunque esa otra/o nos amargue la vida o nos la haga muy feliz. Indagar sobre estas dinámicas nos da recursos para entender, y buscar si quedarse o salir del vínculo.
    Espero ...que les resulte interesante!.
    Saludos!

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