miércoles, 22 de febrero de 2023

SOBRE EL DINERO: ¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL COBRAR HONORARIOS? INSTERDISCIPLINA

 

SOBRE EL DINERO: ¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL COBRAR HONORARIOS? *

Lic. Sonia Cesio

10/03/2016

 

El valor del dinero cambia permanentemente: es una alerta, ya que tiene que cubrir las propias necesidades y quedar una parte para el ahorro, por alguna emergencia u otra vicisitud. La inestabilidad cambiaria, el aumento del precio de los productos de modo constante. ¿Cómo impacta en la capacidad de ahorro y en la autoestima?

Trabajo, dinero y enriquecimiento personal, tienen una relación directa entre si y con el estado personal de satisfacción (o insatisfacción) con el que vivimos. En el presente que vivimos con una economía global y frágil, hay poca claridad respecto de la necesidad de obtener dinero para la subsistencia más el ‘plus’: el disfrute, el goce; para hacer viajes, comprarnos lo que nos gusta, ahorrar, invertir, etc.

Ganar dinero es una producción específica del ser humano adulto en pos del acceso a posesiones y gratificaciones. Las dificultades tanto culturales como individuales se entrelazan con sentimientos de dificultad, frustración, envidia, enojo, perplejidad, egoísmo, y otros. La plata/dinero es un el eje sobre el cual giran múltiples intereses: personales, sociales, mundiales.

Si podemos ganar el dinero que queremos, nos estimulamos a mayor producción e inversión, y nos mejora la calidad de vida. La dificultad/inhibición de obtenerlo incide directamente en el ánimo, en el humor: va desde el desánimo hasta la renuncia a la lucha.

Es un tipo de propiedad que nos otorga un grado de libertad y de individualidad. Da la posibilidad de crear productos y de sustituirlos. Las escrituras, las licencias y los contratos son representaciones permanentes de los actos definitivos a los que se accede según ciertas reglas económicas. S. Freud, (1) ya planteó en 1913 que es el sustento vital y alimenta la autoestima.

El trabajo y el dinero, tienen una relación directa. El mismo, se puede manejar de diferentes maneras: con generosidad (las personas que dan, a veces más de lo que reciben); con impotencia recurrente (aquellos que no llegan nunca al nivel económico deseado); con avaricia (acaparando más y más); atravesando la miseria (estar en la calle por ej), estafando (usando al otro como recurso para tener dinero), etc.

El perfil individual que facilitará o empobrecerá nuestra economía, la que se determina según como tratamos ciertas cuestiones:

a) mis honorarios: los voy a cobrar más o menos, según cuánto valoro mi trabajo y mi rendimiento, lo que siento que merezco; sumado a los valores establecidos;

b) mi capital, que tiene que ver estrictamente con el sentimiento de propiedad; cuánto mas debilitado se halle esta aspecto personal, nos traerá mas dificultades;

c) el aspecto íntimo respecto a ¿quien soy yo? ¿Cuánto valgo? ¿Cuánto quiero ganar?; ¿que considero que me pertenece?, ¿que no? ¿Cómo lucho y accedo a mis pertenencias por derecho? (porque trabajo, porque quiero ahorrar, porque tengo cierto proyectos para realizar).

Lo contrario de lo expuesto es cuántas veces dejo pasar de largo, por imposibilidad, ciertos aspectos económicos valiosos, pero difíciles de enfrentar por que son generadores de una frustración que se va acumulando a lo largo de la vida y es una fuente de conflictos.

Inicialmente en la vida, el propio hacer económico tiene relación directa con la circulación del dinero en el grupo familiar. La misma varía entre:

a) él/ella (hijo/a) es el/la que gana dinero, y sobresale por sobre el resto vs;

b) el/la incapaz; el salvador nuestro (de la familia), el proveedor, el perdedor, etc. Tener dinero y acceder a los bienes deseados, otorga movilidad e independencia: tiene relación directa con la satisfacción (con el disfrute). Lo opuesto, no sólo la imposibilidad de obtener el bienestar anhelado, sino el vivir ‘al día’ y la insatisfacción concomitante es un elemento generador de angustia y tiene derivaciones: desde el decaimiento hasta las complicaciones somáticas.

Desde lo mas profundo de la personalidad, se hará un ‘arreglo’ entre uno mismo y lo externo: el valor hora/consulta/trabajo según la profesión que se tenga. La fortaleza de este planteo posibilitará evitar situaciones empobrecedoras; replanteándonos el modo para lograr el enriquecimiento mutuo (personal y
profesional); y buscar la forma de ingreso mas acorde a nuestro modo de ser.

El país, la cultura de origen, la economía mundial y las capacidades personales en función la realización de los deseos, están interrelacionadas. Pero no estamos habituados a ‘pensar globalmente’: generalmente centramos la atención en nosotros y el entorno inmediato, por que así fuimos educados.

EL ASPECTO PSICOLÓGICO

La obtención de dinero es una producción específica del ser humano adulto en pos del acceso a gratificaciones; que al mismo tiempo, nos ocasiona dificultades tanto culturales como individuales. Es un factor poderoso, sobre el cual giran múltiples intereses: personales, sociales, mundiales.

¿De dónde proviene el germen de la economía adulta? ¿Tanto de la riqueza, como de la privación? Como dijimos previamente: de la familia de origen; y de la dinámica psíquica primitiva/inicial (la del bebé) que nos dejan una huella a través de la cual actuamos de forma muda (automáticamente).

Las ‘fases evolutivas’ (2) son estadios que se corresponden con un nivel mental. Ej, el chico que va al jardín hace tareas acorde a esa edad, en la primaria cambia, etc, etc. El atravesamiento de esas fases no sólo se relaciona con lo interno (ya descripto en otro texto); también con el mundo externo (escuela, jardín, amiguitos) y con el modelo de conducta familiar en cuanto a normas, a la ternura y hostilidad; al trato de la libertad individual, con el manejo del dinero y con la noción de progreso (entre otros).

Así llegamos al universo simbólico: el lugar psíquico que nos permite pensar y hacer abstracciones, hacer proyectos y realizarlos, etc. Es diferente de lo concreto, sin abstracciones (sin vueltas, es así y listo).

Muchas personas quedan ‘ancladas’ allí. Si se trata de un cliente, es posible que en el pedido de una demanda, solicite (de modo implícito) que el abogado le resuelva otra cosa, diferente del problema legal.

Para completar: en la fase evolutiva relacionada con el control de esfínteres, se definirán los mecanismos de: retener o expulsar; controlar y rivalizar. Queda una huella mental (de naturaleza inconciente, no sabida) que después se proyectará en las conductas relacionales: se instalaron las bases del trato con lo
íntimo y con las interrelaciones: tanto con el otro (madre/padre), como con los demás (los otros en general).

Estas marcas están adheridas a nuestra personalidad, sumadas a las circunstancias vitales posteriores: el éxito o fracaso de la familia en lo económico; la obtención de los juguetes o aquellos elementos del mundo externo que brindan satisfacción y alegran aún más la vida infantil; el trato igualitario o diferente entre hermanos; el manejo de la agresión, la circulación de la legalidad, el desarrollo de la autoestima.
El niño/a necesita gratificar a quienes quiere y lo quieren; por eso se propone realizar tal esfuerzo (de controlar esfínteres). Para lograrlo, tiene que hacer algo nuevo: prestar atención a lo que pasa con su adentro y el afuera. Una conducta habitual es que ‘se miren’ a ver si ‘ven’ algo relativo al control; después se concretar felizmente esos actos.

El aspecto afectivo es cumplir con lo que se espera de sí mismo como hijo/a, brindando alegría a la familia que lo rodea. Este estadio viene con sentimientos nuevos (en ese momento de la vida):

a) la ambigüedad; el mundo interno/intimo, contiene una mezcla de amor y hostilidad: un quiero y un no quiero al mismo tiempo, frente a la exigencia de los otros, de que entregue sus productos.

b) la duda (y si no hago eso que me piden que me puede pasar a mi?).

c) las obsesiones; si este proceso se transita con complicaciones (frustraciones, castigos, falta de reconocimiento) se instala este mecanismo generador de sufrimiento. Las obsesiones consumen mucha energía al psiquismo, que se le resta al hacer y vivir cotidiano. Lo esperable es que estas cuestiones infantiles se resuelvan del modo adecuado y perdure en la adultez como ecuación simbólica.

Equivalencia simbólica es un símbolo, una representación psíquica que se corresponde con las circunstancias vividas primariamente. Luego, las transportamos a la adultez. La cultura participa también en ‘aleccionarnos’: primero los padres, después la escuela. Todos estamos de acuerdo en que esos productos desagradables se desechen y hacer de cuenta de que no hubo nada ahí. Una concomitancia, un ejemplo es que disimulamos su presencia poniendo perfumes, desodorantes, en pos de hacer desaparecer ‘el mal olor’. Pongo deliberadamente esta expresión ya que también se emplea para cuestiones no claras, que generan desconfianza. Una conducta similar tenemos respecto del manejo del dinero, ya que tiene el mismo carácter de intimidad: le contamos a algunos amigos, o a la pareja cómo lo
manejamos, cuán frustrados estamos por que no cobramos, por qué estamos por debajo de la escala deseada, etc pero no a cualquiera, no lo tratamos como algo más de nuestras cuestiones compartibles.

También hay actitudes contrarias: en ciertas conductas perversas se utiliza para cosas impensables: ¿se acuerdan cuando había gente que tiraban las heces sobre el Congreso en la época del corralito? ¿O algunos cantantes, que van presos por ciertas conductas que despliegan en los baños públicos?

Si el esfuerzo fue útil: la equivalencia simbólica es sentirse bueno, y querido por sus padres; por sus maestros; se empareja con los otros chicos de su  misma edad. Obtiene estimación, siente que resolvió un problema  y (el niño/a) advierte que aumenta el orgullo infantil  y el sentimiento de poder. Estoy describiendo a los fenómenos subjetivos que dejan una marca definitiva (no se la conoce todavía); se tiene noticia en la adultez.

Si el esfuerzo fue inútil:   si ese control transcurrió entre hostilidad, indiferencia y/o maltrato de parte del ambiente, se instala una vivencia de desvalimiento. El fenómeno subjetivo es marca de inferioridad, de un sentimiento de no estar a la altura de los demás. Si la exigencia de los padres  y educadores fue precoz y obligada, las marcas consecuentes son muy diferentes. El hábito se adquirirá a través del miedo, o la desvalorización; la resistencia interior se mantendrá (no visible, por supuesto) y esto generará problemas a posteriori; problemas físicos con el órgano concomitante (los intestinos) y puede desarrollarse la conducta avara o la generosidad excesiva.

Las dos representan una alteración del si mismo (un aspecto muy importante de la intimidad). La obediencia excesiva es un resultado de reprimir los impulsos rebeldes, y que aparecerá como fuertes impulsos hostiles en un tiempo posterior.

Tanto la obstinación como la docilidad se constituyen en una disyuntiva permanente; el problema lo constituyen los excesos vivenciados previamente. Para finalizar, sobre la avaricia: ‘quiero que me den’ ‘quiero acaparar’ es un aspecto libidinal (como los otros) pero en estos casos se trata de personas cuyo interés gira alrededor de retener el dinero, y toda inversión (pagar servicios, o adquirir bienes, etc)
están atravesados por lo que vale en dinero: siempre es considerado que vale más de lo que cuesta (su propio dinero); que se puede conseguir por menos, que es cuestión de insistir para lograr que se disminuya su costo, etc.

Es muy importante tener en cuenta a los RASGOS DEL CARÁCTER. No me refiero al aspecto profesional (ser abogado, ser psicólogo, etc) sino la posibilidad de detectar a las personas que ‘convencen’ respecto de su supuesta pobreza o imposibilidad de pagar. Si logramos percatarnos de esos accionares no saludables, evitaremos recorrer un largo trecho de trabajo, presentaciones, investigaciones, sin remuneración y otras pérdidas.

Estos fenómenos son reprimidos (inconcientes): no sabemos nada de ellos, ni podemos pensarlos, estamos prisioneros en un universo mudo pero efectivo, en cuanto a la restricción que nos impone. Salvo que decidamos indagar sobre ellos y decidir entonces, con libertad, sobre nuestro quehacer vital tanto
económico como emocional.
 
Las leyes/normas fallidas se instalan cuando por ej, el padre (o madre) es débil o ausente y no puede hacer cumplir su función en la familia; cuando la madre (o el padre) desarrollaron su función de modo inadecuado. Esas fallas funcionales de los adultos desarrollan el campo fértil para las sensaciones que limitan la vida placentera:

a) sentir impotencia (ante la súplica de ‘no puedo, no me dejes’);

b) sentir que se pide más de lo que puede dar, ej ‘vos podés y  yo no puedo’ ; o cuando alguno de los hijos tiene dificultades y no recibe el apoyo necesario; (son algunos ejemplos entre muchos otros).

Cuando se busca (sin saberlo) que el abogado administre ‘justicia’ frente a carencias emocionales de esta naturaleza, no está contemplado el pago (de un honorario) por ese trabajo: se siente que es algo así como obligatorio que lo ayuden ¿cómo va a pagar por eso?.

Conviene agregar que la producción del dinero tiene una connotación de tipo sexual por la intensidad pulsional, porque dirige la vida del sujeto (no es un concepto genital, no tiene que ver con relaciones sexuales, sino con un interés tan alto, tan voluptuoso, como en otras personas genera la genitalidad).
Para el universo simbólico (recuerden: lo que representa para el sujeto), cuando persiste a lo largo de la vida la adherencia a lo retentivo, el dinero es considerado muy útil y valioso, y cuanto mas se tiene y menos se paga, mejor. Entonces, los otros deberán estar a su disposición (seria estar insistiendo para cobrar por el servicio/trabajo realizado). Se relaciona directamente (de modo inconsciente) con los secretos. 
Son impulsos que dominan al yo de modo inconsciente, las personas no podemos abstraernos de ellos, para eso se hacen las terapias, para saber de la propia interioridad, y ser uno mismo el que maneja los impulsos, y no que los impulsos lo manejen a uno. Conocer las vicisitudes del desarrollo afectivo (libidinal) del ser humano nos permite entender como establecemos vínculos con los otros (si les damos de más, de menos, o lo justo). Si somos amigables, si tendemos a pelearnos; si podemos empezar de
nuevo, si dejamos pasar las ofensas,  etc. 

OTRAS CONDUCTAS ACERCA DEL MANEJO DEL DINERO: 

1-   algunas personas se sienten pertenecientes a cierto grupo social. Esa convicción tiene tal intensidad que les impide modificarla por temor al despojo.

2-   otras temen el desamparo, el abandono (hacia si mismos o hacia los demás) y ese temor les impide enriquecerse, destacarse, sobresalir, darse gustos extras.

3-  cuando predomina la sensación culposa (no merezco tal o cual cosa…buena), es otro impedimento automático para ganar y usar el dinero tranquilamente. Genera malestar y/o fracasos reiterados.
 
Son incapacidades relativas; no definitivas así que pueden modificarse. En el presente se es poseedor/ra de la madurez necesaria para corregir viejos prejuicios y afinar la capacidad de tener la calidad de vida deseada.

El abogado lidiará trabajosamente con estas problemáticas en la medida en que le resulte dificultoso establecer las reglas de trabajo y las normas en cuanto a los pagos. Si lo hace satisfactoriamente, impedirá el ‘control’ por parte del cliente cuando se de cuenta que trae  un problema afectivo con la forma de un litigio, pero que en realidad oculta un problema emocional pretérito de su vida, que es de incumbencia personal y que no está previsto en la legislación (la praxis especifica del abogado).

SOBRE LA RIVALIDAD: EL TRATO CON EL ADVERSARIO

La etimología de  «rival» deriva de rivus, arroyo; de modo que su primer significado remite a «vecino del otro lado del río», y su sentido implícito alude a ‘quién se opone a otro en relación al derecho de usar el agua’ (representa el símbolo de algo esencial). Lo esencial parece estribar en si la disputa es por un bien suficiente para ambos contendientes o si sólo alcanza para uno de ellos.

Este criterio puede ser una buena base para distinguir entre una lucha por pura rivalidad o una competencia basada en la necesidad vital. Pone en juego a la agresión y el uso adecuado de la misma, mediatizado por el instrumento: en el caso del abogado, será, además de la competencia en el caso, la posibilidad de salir exitoso en la litis. Puede sentirse menoscabado por el adversario (el abogado de la parte contraria), el aparato tribunalicio, la conducta desplegada por el juez que actuará en su caso, etc.

Todas las personas necesitamos una cuota de agresividad para hacer frente a las contrariedades cotidianas. El abogado trabaja recomponiendo injusticias, desafíos, daños de diferente naturaleza que se acompañan (como dijimos antes) del dolor que trae el cliente al estudio. Además tiene que competir con el letrado contrario, y con el/los jueces que establecerán sentencia. Y seguir reclamándola en caso de apelar (y tiene siempre al cliente reclamándole por lo que falta, por lo que hizo, por lo que no, etc). Así que la agresión (que tiene que ser compatible con la profesión) y la competitividad, están a la orden del día.

El abogado podrá  sostener estas vicisitudes con su formación, con su experiencia, con su red de colegas, y con su identidad e integridad.  En Argentina decimos: soy abogado, soy psicólogo, etc; en el idioma alemán se dice “trabajo de abogado”; fijénse qué peso tiene para nosotros esa identidad profesional. Se sabe también que hay que incluir la  tolerancia a la frustración ante la derrota: perder el juicio por eventualidades varias, aunque se haya trabajado de la manera correcta.

Falta agregar a las reglas éticas, que tienen una correlación directa con la lealtad; la mentira; el cumplimiento de los compromisos; de los tiempos; a valorar el propio trabajo y otros. Es en el pedido del cliente donde aparece (generalmente) respecto del adversario, el deseo y la propuesta de ‘aniquilarlo’: es el abogado el procesador de esos ‘deseos’ y el que establece ‘la ley’ jurídica. En función de estas variables, no aparecerá obstáculo personal con el establecimiento de los honorarios adecuados; podrá ajustarse al caso por caso y a las variables externas

OTRAS CONSIDERACIONES IMPORTANTES A TENER EN CUENTA

  • Los servicios profesionales se han desvalorizado;
  • Los referentes sociales tradicionales cambiaron (los que nos daban las certidumbres para delinear un proyecto vital,  un trabajo determinado, y un cierto modo de vivir);
  • La incertidumbre es constante, estimulada por la preocupación por mantener cierto nivel de trabajo y de ingresos económicos. La autoestima está menoscabada. Es común la emergencia de efectos novedosos, respecto de otros tiempos;
  • Se encuentra sensación de impotencia respecto de estos devenires;
  • Hay temor respecto del futuro. 

Uno de los temores que circulan entre los profesionales es convertirse en un elemento superfluo, ya que la sociedad está empobrecida  y consume menos servicios profesionales de todo orden. Esto alimenta la preocupación sobre el volumen de trabajo que se pueda mantener a lo largo del tiempo y si nos proporcionará enriquecimiento o no.

Con esta gama de sensaciones, que se superponen a las de los clientes ( que se encuentran en el mismo entorno) comenzamos cada día laboral y en cada lugar de trabajo enfrentaremos varios temas al mismo tiempo.

RESPECTO DE LOS HONORARIOS, CONVIENE HACERSE ALGUNAS     PREGUNTAS    

Respecto del monto a cobrar por entrevista, por trabajo terminado, por el valor profesional; algunas de ellas pueden ser:

-cuanto es lo posible;
-cuanto es lo mínimo;
-cuanto es lo ético,
-cobro lo mismo a todos los clientes;
-completo con arreglos extrajudiciales;
-si tengo que esperar a la regulación de honorarios: que hago mientras tanto;
-cobro las consultas o no (si no las cobro tengo el estudio lleno, pero lo quiero tener lleno de expedientes en curso);
-busco un nivel de clientes con los que me aseguro un determinado ingreso mensual;
-busco abonos por servicios fijos
 

EL TRABAJO AD HONOREM

Nomenclatura
 
Honor: (del latín Honorem) es la cualidad que impulsa al hombre a conducirse con arreglo de las más elevadas normas morales, para conservar su propia estimación y merecer la consideración y respeto ajeno.

Honorario: se llama a la remuneración que reciben las personas dedicadas a profesiones liberales.

Trabajo Ad honorem (3): se denomina al trabajo realizado sin retribución.

El trabajo ad honorem (o ad honores, como se tendría que decir) es una labor manual o intelectual que se realiza “por el honor” de hacerla. Constituye un motivo de orgullo y provoca placer su realización. El sujeto que realmente trabaja ad honorem lo vive como una experiencia valiosa y gratificante. Pero muchas veces, se habla de trabajo ad honorem para referirse eufemísticamente a trabajar gratis, es decir, a hacer una tarea sin contraprestación. Y la persona que lo hace no tiene otra opción, si quiere integrarse a determinada institución. Justamente, esta institución aparece casi como otorgando una dádiva, como haciéndole un favor al que va a trabajar ad honorem.

En estos casos, esta labor gratuita (enmascarada como ad honorem) es vivida como disvaliosa y displacentera por el sujeto, como un “precio” que debe pagar para pertenecer a determinado lugar. Esta vivencia desagradable se agudiza cuando el trabajador ad honorem comparte las mismas tareas con otros que cobran sueldo.

Todo trabajo se supone remunerado, por lo tanto, el ‘ad honórem’ es una contradicción en sí misma. En algunas universidades se estila tener prácticas académicas, pero no con un objeto laboral sino de aprendizaje, por lo cual es comprensible que no sea remunerado. La designación de trabajadores en carácter de Ad-Honorem genera una fuente de desigualdad reñida con el principio constitucional de igual remuneración por igual tarea. El trabajo sin percibir salario representa una manipulación de la necesidad  de trabajar y se convierte en un ataque a la autoestima individual.

Generalmente esa designación es un subterfugio para ocultar la crisis económica de la empresa/institución. Cuando alguien no cobra, está obligado a tener varios trabajos, y eso va en contra de su salud, de la calidad de la prestación y de su autoestima. En la actualidad convivimos con el fenómeno por el cual muchas personas aceptan esa modalidad laboral a cambio de lo que consideran un beneficio: actualizarse en la tarea, constituir un equipo de trabajo, confrontar las propias ideas con el grupo de pares en la actividad específica a realizar.

La complicación que acarrea esta circunstancia, al ser sostenida en el tiempo es un ataque a la subjetividad. Lo desconocido (inconciente) por esa persona,  es que vive a predominio de la ‘expulsión’ de sus productos adultos (ganar dinero) en detrimento de ‘retener’ lo suficiente en relación a su creatividad y generatividad, que  le posibilite  una vida con libertad de elección y el armado de proyectos vitales.

* Curso de Interdisciplina - PSICOLOGIA PARA ABOGADOS I - Clase II Punto III - "EL TEMA DEL DINERO – ¿PORQUE ES TAN DIFICIL COBRAR LOS HONORARIOS?" Dictado en la Fundación CIJUSO  https://www.cijuso.org.ar/  Desde  2008 hasta 2012  inclusive.

Bibliografía

  • Freud, S.  “La iniciación al tratamiento” (1913)
  • “Tres ensayos para una teoría sexual” (1905) – Obras completas – Ed Ballesteros
  • Diccionario de la Lengua Española: https://dle.rae.es/

 

Lic. Sonia Cesio - Licenciada en Psicología en la Universidad John F. Kennedy. Editora responsable del portal de salud (ISSN: 1853-1849) 

 Email:  cesio.sonia@gmai.com

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